El Banco Central de Bolivia (BCB) tiene el agrado de presentar el Informe de Política Monetaria (IPM) de Julio de 2017, documento que contiene un análisis del contexto internacional, las políticas implementadas por la Autoridad Monetaria en coordinación con el Órgano Ejecutivo, los resultados económicos alcanzados y las perspectivas de crecimiento e inflación.
El IPM es un documento que se presenta semestralmente desde el año 2006, en el marco de la transparencia y rendición de cuentas de las políticas aplicadas por el BCB en procura de cumplir el mandato constitucional de mantener el poder adquisitivo interno de la moneda nacional para contribuir al desarrollo económico y social.
Durante el primer semestre de 2017, la actividad económica mundial tuvo una leve recuperación, aunque por debajo de lo esperado. Al interior destacan menores perspectivas de nuestros principales socios comerciales. Las economías avanzadas presentaron niveles elevados de incertidumbre política que dieron lugar a revisiones a la baja de las perspectivas de EE.UU. También disminuyeron las proyecciones de crecimiento para América del Sur. En este escenario, destaca Bolivia, que registraría uno de los mayores crecimientos de la región.
La reducción de las presiones inflacionarias en América del Sur abrió los espacios para la aplicación de estímulos monetarios por parte de los bancos centrales, impulsando la actividad económica. Cabe destacar que Bolivia ya estaba implementando estas políticas desde mediados de 2014 y registró la menor inflación acumulada de la región durante el primer semestre de 2017.
En efecto, la política monetaria estuvo orientada a mantener niveles adecuados de liquidez y bajas tasas de interés, a fin de sostener el dinamismo del crédito otorgado por el sector financiero, incentivando el crecimiento de la actividad económica. Esta política se instrumentó mediante redenciones netas de títulos de regulación monetaria, disminuciones de la oferta de títulos, redenciones anticipadas de títulos reclamables, reducciones de las tasas de interés de las ventanillas de liquidez y modificaciones de los requerimientos de encaje legal. Cabe destacar que dicha orientación coadyuva al crecimiento del crédito productivo y de vivienda de interés social, establecido en la Ley de Servicios Financieros.
Asimismo, se mantuvo estable el tipo de cambio oficial, lo que contribuyó a mantener baja la inflación, respaldando la orientación expansiva de la política monetaria. La política cambiaria también coadyuvó a profundizar el proceso de Bolivianización sin que se registren desviaciones del tipo de cambio real respecto a su nivel de largo plazo.
En coordinación con el órgano ejecutivo, el BCB continuó aportando directamente al desarrollo económico y social del país a través del financiamiento a las EPNE y al Fideicomiso del FNDR, así como transferencias para el pago del Bono Juana Azurduy.
Como resultado de la aplicación de políticas contracíclicas, Bolivia registró uno de los crecimientos más altos de la región, principalmente sustentado en la demanda interna. En efecto, al primer trimestre de 2017 la mayoría de los sectores registraron crecimientos, destacando la recuperación del sector agrícola, mientras hidrocarburos y minería presentaron contracciones por la menor demanda de gas natural por parte de Brasil en el primer caso y retrasos temporales en la producción en el segundo caso que serían revertidos en la segunda mitad del año.
El buen año agrícola y la mayor oferta permitieron una disminución de los precios de los alimentos perecederos, especialmente de la papa y el tomate. Esto aunado a las expectativas ancladas, la estabilidad del tipo de cambio y las variaciones moderadas de precios de los servicios determinaron una caída en la trayectoria de la inflación, por debajo del rango de proyección. La inflación acumulada en el primer semestre de la gestión fue la más baja desde 2009 y la menor en la región.
En este marco, se revisaron las proyecciones de inflación y crecimiento. En el primer caso, se prevé que a fines de 2017 se registrará una tasa en torno a 4,3% (en un rango entre 3,0% y 5,0%), mientras que para 2018 se estima una tasa alrededor de 4,5%. En cuanto al crecimiento, se espera una tasa en el rango de 4% a 4,5% para 2017, debido a las correcciones en la estimación del sector de hidrocarburos, como del PIB externo relevante para la economía boliviana. No obstante, por cuarto año consecutivo se alcanzaría una de las tasas de crecimiento más altas y una de las inflaciones más bajas de la región. Para este cometido, la orientación de la política monetaria continuará siendo expansiva y se mantendrá la estabilidad de la política cambiaria.
Se debe recordar que Bolivia cuenta con importantes recursos financieros internos y externos para continuar con la orientación contracíclica de las políticas, manteniendo el dinamismo de la actividad y las políticas de protección social. En este sentido, nuevamente el BCB ratifica su compromiso con su mandato constitucional de preservar la estabilidad de precios apoyando al desarrollo económico y social para beneficio de la población boliviana.
Banco Central de Bolivia