Para el Banco Central de Bolivia (BCB) la estabilidad financiera es entendida como aquella situación en la cual el sistema financiero canaliza eficientemente ahorros desde oferentes de recursos hacia emprendedores e inversionistas, en la que el sistema de pagos nacional opera de forma segura y eficiente. Un sistema financiero estable y eficiente es fundamental para la adecuada conducción de la política monetaria, así como para el desarrollo económico y social del país.
El primer semestre de 2021, el país tuvo que enfrentar la segunda y tercera ola de la pandemia en un entorno agravado por los efectos generados por los errores de la política sanitaria y económica asumida por el gobierno de facto. Desde noviembre el gobierno elegido democráticamente en las urnas llevó adelante medidas efectivas para gestionar adecuadamente la crisis sanitaria, lo cual fue posible por su legitimidad y credibilidad, así como por su capacidad técnica y experiencia en cuanto a planificación macroeconómica.
Después de la materialización de los efectos de la crisis sanitaria, del largo periodo de confinamiento y de la implementación de desacertadas medidas hasta octubre de 2020, una vez recuperada la estabilidad política, la gestión pública se enfocó en la protección de los sectores de la población en mayor desventaja y en la reactivación del aparato productivo. En este sentido, el Banco Central de Bolivia (BCB) profundizó la orientación expansiva de la política monetaria mediante un conjunto de medidas de política convencionales y no convencionales a objeto de mantener la liquidez del sistema financiero en niveles adecuados para la expansión del crédito necesario para la recuperación de la economía nacional. Es así que, después de la severa recesión enfrentada en 2020, en el primer cuatrimestre de 2021 comenzó a observarse una importante recuperación de la economía nacional, pese a la incertidumbre provocada por la segunda y tercera ola de contagios del virus y la heterogénea recuperación económica de los países a nivel mundial.
En este contexto, el sistema de intermediación financiera boliviano mostró su solidez y resiliencia producto de medidas prudenciales de fortalecimiento patrimonial y el apoyo del BCB a la liquidez de las entidades financieras para apuntalar la recuperación del crédito, en especial del sector productivo y de vivienda de interés social. Adicionalmente, las políticas ejecutadas le permitieron al BCB recuperar su rol de prestamista de última instancia.
Por su parte, durante el primer semestre de 2021 el sistema de pagos nacional operó de forma segura y fluida en un entorno de interconexión e interoperabilidad que permitió el procesamiento de las transacciones electrónicas de la economía.
El presente Informe de Estabilidad Financiera - Julio 2021 expresa el criterio del Directorio del BCB sobre la estabilidad del sistema financiero nacional y fue aprobado en su sesión ordinaria de fecha 31 de agosto de 2021.