Más de 100 años de historia
El Banco Central de Bolivia (BCB) comenzó su historia cuando por Ley del 7 de enero de 1911 se fundó el Banco de la Nación Boliviana, cuyo funcionamiento se reglamentó mediante Decreto del 8 de abril del mismo año.
El 22 de diciembre de 1913, el Honorable Congreso Nacional sancionó la Ley del 1 de enero de 1914, impulsada por el Presidente Ismael Montes y su Ministro de Hacienda, Casto Rojas, mediante la cual se le otorgó a dicho banco el derecho exclusivo de la emisión de moneda, lo cual obligó a otros bancos a retirar sus billetes.
Desde esa época se perfilaron las funciones de una banca central moderna, hasta que el 20 de julio de 1928 el presidente Hernando Siles Reyes promulgó la Ley 632, que creó el Banco Central de la Nación Boliviana, sobre la base del Banco de la Nación Boliviana.
Poco después, con la modificación a la Ley de Bancos de 20 de abril de 1929, adoptó la denominación definitiva de Banco Central de Bolivia, que inició sus actividades el 1 de julio de 1929.
La iniciativa para la creación del BCB partió del Presidente Siles, quien junto a un grupo de destacadas personalidades determinaron la necesidad de una reforma del sistema bancario, para lo cual se contrató a un grupo de expertos extranjeros, denominada ‘Misión Kemmerer’.
Desde esa época el Ente Emisor tuvo muchas transformaciones internas, mediante la modificación de las normas que le permitieron ampliar sus funciones, cumplir nuevas tareas y asumir mayores responsabilidades.
Posteriormente, en 1939, el BCB se estatizó y pasó a ser propiedad únicamente del Estado. Durante la crisis internacional de fines de los años 20, el BCB hizo frente a este acontecimiento mediante la dotación fiscalizada de préstamos a comerciantes y público en general, sin descuidar el financiamiento de la industria y la agricultura.
Durante la Guerra del Chaco, financió gran parte de la campaña bélica, estableció sucursales fronterizas en Tupiza, Puerto Suarez y Villamontes, pero también construyó y puso en marcha el Hospital de Reparación y Ortopedia, entre otras acciones.
En 1945 el BCB fue organizado en dos Departamentos: el Departamento Monetario, con carácter de banco central; y el Departamento Bancario, con carácter comercial e industrial.
En 1970 se asignó al BCB la función de Superintendencia del Sistema Financiero, la cual fue restituida como entidad separada en 1987.
Ese mismo año (1970) se determinó que el Departamento Monetario quede en el BCB; y el Departamento Bancario se convierta en el Banco del Estado.
En 1977 se dictó la Nueva Ley Orgánica del BCB, en la cual se destaca la determinación de la estructura organizacional, administración y estructura general del BCB.
En 1995 se promulgó la actual Ley del Banco Central de Bolivia que transformó a esta institución en una entidad moderna.
A lo largo de su existencia, el BCB tuvo 57 presidentes, incluyendo al actual, Roger Edwin Rojas Ulo que fue Advisor y Senior Advisor en el Directorio del Fondo Monetario Internacional entre 2017 a 2020. Director Titular del Banco de Desarrollo Productivo (BDP) entre 2016 y 2017. Viceministro del Tesoro y Crédito Público, del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas entre 2008 a 2015. Director General de Crédito Público (de 2006 a 2008) e Investigador Económico (de 2001 a 2006) del Ministerio de Hacienda.
Desde febrero de 2009, con la vigencia de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia que consolida un Nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo en beneficio de la población, el Banco Central de Bolivia fortalece su función principal.
En cumplimiento de ese mandato constitucional la institución tiene la función de “mantener la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda, para contribuir al desarrollo económico y social”, tarea que cumple a cabalidad gracias al esfuerzo de los servidores públicos que aportan con su trabajo, y a los lineamientos generales de una política que es coordinada desde los más altos niveles.
De esa manera, transcurrieron más de 93 años de creación de una de las instituciones más importantes en el quehacer económico del país, que desempeña un papel irremplazable en el desenvolvimiento de las actividades financieras y económicas en general.