Según la Ley 1670 y la Constitución Política del Estado (CPE), el Banco Central de Bolivia (BCB) tiene como función principal preservar el poder adquisitivo interno de la moneda nacional para contribuir al desarrollo económico y social. Esta tarea fue encarada con seriedad en el proceso de cambio iniciado en 2006, tomando en cuenta que la estabilidad macroeconómica debe preservarse como patrimonio nacional, puesto que es un requisito necesario —aunque no suficiente— para alcanzar mejores estandares de vida, acordes con la visión del "Vivir Bien" de una Bolivia Digna, Soberana, Productiva y Democratica.