El 1° de enero de 1909 aparece una reimpresión de los billetes de un Boliviano, manteniendo las mismas características que los anteriores y cambiando únicamente la fecha de emisión. La efigie del príncipe aparece en la parte izquierda, un ángel minero a la derecha del anverso y en el reverso el escudo de armas de la República flanqueado por dos figuras alegóricas femeninas. Los demás billetes de este banco llevan alguna figura mitológica, en especial el dios griego Hermes o querubines y ángeles que, como en el caso del billete de 10 Bolivianos de 1893, sostienen el retrato de Argandoña.
Se conocen billetes de 20, 50 y 100 Bolivianos los mismos que son muy raros y cotizados en el mercado numismático nacional. En algunas obras se menciona el billete de 500 Bolivianos, lo que resulta imposible puesto que la ley dispuso la impresión de papel moneda únicamente hasta el corte de 100 Bolivianos.
Las autoridades que estamparon su firma en estos billetes son, como delegados del gobierno: Julio Calvo, en sello de color negro y azul y Gutiérrez Guerra; como directores gerentes: BustiIlos, Córdova, Seoane, Arce, Ramírez, Yañez, Arana y Zamorano y, como cajeros Yañez, Urdininea y Zamorano.