Monedas

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El año 1979 fue declarado Año Internacional del Niño. Por este motivo se acuñaron monedas conmemorativas de oro y plata en dos tamaños distintos, con diseños similares. Las monedas de plata, con valor nominal de 200 pesos bolivianos, muestran en el anverso (fig. 160) tres niños campesinos de las diferentes regiones del país, tocando instrumentos típicos. El reverso (fig.161) ostenta un fragmento del escudo de armas de Bolivia. El peso de las monedas es de 17.2 gramos y una onza troy, las mismas que son acuñaciones Piefort de mayor calidad.

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En 1975, Bolivia celebró el Sesquicentenario de su Independencia durante el período presidencial del General Hugo Banzer Suárez. Para el evento, el gobierno encargó a la Casa Da Moneda de Lisboa, Portugal, la acuñación de medallas-monedas de plata, con ley de 0.933 fino en tres tamaños. Estas medallas circularon como curso legal en el país, hasta que la inflación convirtió los valores nominales de las mismas en insignificantes. El anverso de las tres medallas (figs.

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En 1968, la necesidad de monedas con valores más altos se hizo evidente. Es por tal motivo que se mandó a acuñar monedas de un Peso Boliviano (figs. 151-152), tanto de circulación normal, como en homenaje a la FAO - Guerra Contra el Hambre (fig. 153), las mismas que sólo aparecieron en ese año. La acuñación de la moneda de un Peso Boliviano continuó en 1969, 1972, 1974, 1978 y 1980. En 1976 apareció la moneda de cinco Pesos Bolivianos (figs. 154- 155), la cual tuvo una amplia circulación en el territorio nacional por un largo período.

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La inflación que azotó al país en la segunda mitad de la década del cincuenta, ocasionada en parte por la nacionalización de las minas, la Guerra del Chaco y el abandono del patrón oro, llegó a niveles insostenibles. Durante la segunda presidencia del Dr. Víctor Paz Estenssoro se dictó el Decreto Supremo No. 06161 del 13 de julio de 1962, por el cual se cambiaba la denominación monetaria de Boliviano a Peso Boliviano, eliminando tres ceros a la moneda nacional. El artículo tres del mismo disponía la acuñación de monedas, regulando el procedimiento en el artículo seis.

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Con similares características, salvo el cambio de la efigie del Libertador por el escudo de armas de la República, se acuñó en Londres, en Heaton's y King Norton, una moneda de cinco Bolivianos en cobre (figs. 137-138), al igual que la de un Boliviano (figs. 1 39-140), utilizando el mismo metal en las tres cecas mencionadas.

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Una última acuñación monetaria utilizando el signo boliviano fue realizada en Inglaterra en varias cecas. En 1951 fue acuñada en Londres una moneda de cobre de 10 Bolivianos, haciendo evidente una significativa inflación durante ese período. El anverso (fig. 135) muestra un busto del Libertador Simón Bolívar rodeado de la inscripción "REPUBLICA DE BOLIVIA/LIBERTADOR SIMON BOLIVAR". En el reverso (fig. 136) se puede ver el valor nominal rodeado de ramas de olivo y laurel.

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Una última acuñación monetaria utilizando el signo boliviano fue realizada en Inglaterra en varias cecas. En 1951 fue acuñada en Londres una moneda de cobre de 10 Bolivianos, haciendo evidente una significativa inflación durante ese período. El anverso (fig. 135) muestra un busto del Libertador Simón Bolívar rodeado de la inscripción "REPUBLICA DE BOLIVIA/LIBERTADOR SIMON BOLIVAR". En el reverso (fig. 136) se puede ver el valor nominal rodeado de ramas de olivo y laurel.

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La historia Casa de Moneda de Potosí fue utilizada nuevamente, puesto que poseía una maquinaria sin usar comprada durante la primera presidencia de Ismael Montes. Para habilitarla fue necesario adquirir un motor eléctrico en Estados Unidos y la contratación de un técnico para operarla. Es así que, a partir de diciembre de 1943, se inició la acuñación de monedas de 50 centavos (fig. 133-134) de aleación de cobre y zinc, la misma que duró hasta 1951. Esta fue la última vez que la Casa de Moneda de Potosí fue utilizada por el gobierno boliviano para la acuñación de su moneda.

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En 1942, a falta de monedas fraccionarias en circulación, el gobierno pidió cotizaciones para la acuñación de monedas a varias casas europeas y americanas. La Segunda Guerra Mundial imposibilitó a las mismas cumplir con las cantidades requeridas debido a la falta de materia prima. Sólo una casa en Filadelfia pudo otorgar pequeñas cantidades de monedas de 10 (figs. 127-128), 20 (figs. 129-130) y 50 centavos (figs. 131-132), las dos primeras en zinc y la última en cobre. Aparentemente la demanda de monedas de 10 y 20 centavos fue subsanada, no así la de 50 centavos.

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